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Modelo Pedagógico Integral UNIPEM

El Modelo Pedagógico Integral UNIPEM pone como eje rector a la Neuroeducación en el aula, que lleva de inmediato a recordar las frases de Francisco Mora: “Sólo se puede aprender aquello que se ama” y “El cerebro solo aprende si se emociona” (Mora, Educar desde las emociones, 2017). Así que sacar ventaja de cómo funciona el cerebro para aplicarlo al aprendizaje y a la enseñanza, depende exclusivamente del cerebro, porque aprender y memorizar, interaccionar con el mundo, formar aprendizajes significativos y sólidos, no se pueden llevar a cabo si el cerebro emocional está desconectado.

 

La escuela ha olvidado por décadas al cerebro emocional, parte fundamental del aprendizaje significativo; sin embargo, la gran perspectiva en la actualidad es despertar el interés por innovar y mejorar la educación tomando como base los conocimientos del cerebro, sobre cómo aprende un ser humano desde su nacimiento hasta incorporarse al sistema escolar, potenciar su interacción social y lograr el desarrollo integral del individuo.

 

Conocer que el cerebro y la inteligencia tienen su máximo desarrollo en los primeros años de vida y se modifica constantemente de acuerdo a los estímulos, no solo permiten una intervención temprana, sino que también permite diseñar programas que mejoren la enseñanza.

 

En la escuela, no existía la posibilidad de indagar en los aspectos emocionales del alumnado, se han dejado de lado las emociones y sus causas, incluso se clasifica mal a los niños con defectos en la atención, dislexia o acalculias o algún otro déficit en el aprendizaje. Conocer los procesos cognitivos y emocionales dentro del aula es muy favorable tanto para el profesor como para el alumno, ya que permitiría modificar el cerebro del alumno en la dirección idónea, ya sea modificando el mal diagnóstico de “deficiente” o adaptando la metodología de los contenidos y la intervención individualizada en aquellos alumnos que tuviesen mayores problemas emocionales. Si los aplicamos de forma oportuna, crea y despierta la curiosidad, la emoción, y por tanto la atención del alumno para aprender.

 

El reto para las Escuelas formadoras de educadores, es formar docentes capaces de abrir las mentes de sus alumnos, que se planteen desafíos acerca de la realidad educativa, que hagan investigación en el aula, de modo tal que la inquietud pedagógica los motive a la transformación constante. Pero ¿Cómo lograrlo? sin duda es la emoción (Mora, 2017), la creatividad, partir del interés del alumno, que el alumno sea gestor de su aprendizaje, sea capaz de desarrollar estrategias que partan de lo practico hasta llegar a lo teórico, más la experiencia, es el ingrediente fundamental para poder enseñar, así la emoción, se convierte en el ingrediente fundamental por el cual el ser humano aprende, hay que evocar la curiosidad y salir de la monotonía, despertar el interés.

 

La emoción abre las ventanas cerebrales de la atención, con la atención el conocimiento ocurre, y entonces se aprende y se memoriza, porque tiene un significado. Lo que hace el docente con la Neuroeducación, es excitar, estimular las áreas del cerebro que conectan con los circuitos neuronales que codifican para la curiosidad. Pero, sí se aprende lo que se ama, ¿de qué manera se logra estimular el aprendizaje de materias como las matemáticas? Cualquier asignatura se puede aprender si se vehiculiza con la emoción. El cerebro aprende después de ver y escuchar algo interesante y emocionante, no hay razonamiento si no hay emoción.

 

Y eso es precisamente lo que el docente debe saber. No se trata solo de realizar un cambio psicológico en el alumno, sino que el docente se dé cuenta que diariamente mientras habla y enseña, un cerebro está cambiando física, anatómica, fisiológica y bioquímicamente, desarrolla miles de contactos sinápticos nuevos, y modifica los circuitos neuronales que van a repercutir en el resto de sus vidas.

 

El Modelo Pedagógico Integral UNIPEM, consistente entonces en dotar a los estudiantes de recursos necesarios para que logren ser humanos integral, físico, mental y emocionalmente saludable, despertando su interés y curiosidad por aprender. Es decir, prepararlos para ser personas que puedan dominar sus emociones, que alcancen la capacidad de motivarse y perseverar pese a las dificultades y frustraciones; que tengan mayor conocimiento, comprensión y respeto por sí mismo y los otros, que disfruten de aprender y de enseñar. (Mora, Educar desde las emociones, 2017) (Mora, Educar desde las emociones, 2017).

 

El presente Modelo Pedagógico Integral presenta los siguientes propósitos que dan la aspiración de lo que se desea conseguir en los estudiantes de los diferentes niveles educativos que contextualizan el campo de estudio a partir de una propuesta de intervención:

  • Diseña y aplica un Modelo Pedagógico Integral dirigido a formar seres humanos, para favorecer sus sentimientos, pensamientos y acción, así como su tránsito hacia la plena realización y la transformación de las barreras que impiden despertar la verdadera esencia.

  • Favorece el aprendizaje desde un aula diversificada mediante el desarrollo del ser humano.

  • Integra el pensamiento, sentimiento y acción mediante el desarrollo de proyectos interdisciplinarios sustentables.

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De ahí que se hace necesario dotar a los nuevos profesionales de la educación otro tipo de instrumentos de conocimiento, para que cuenten con una preparación asertiva, calificada y desde ya, emprendan actividades didácticas y pedagógicas para alcanzar resultados trascendentes. Por consiguiente, las circunstancias del contexto educativo actual, experimentados por los docentes desde dentro y fuera de la escuela, alientan un desafío: cambiar, transformar, innovar el trabajo en el aula.  Este proceso educativo transforma a los educandos de forma conductual, emocional, cognitiva, haciendo que tanto los educadores como los estudiantes sean agentes activos en un proceso significativo de formación y que permitan avanzar a una educación de calidad.

 

En el andar de los años y bajo la experiencia docente, se percibe de la necesidad de reformar muchas prácticas pedagógicas que se arrastran mediante técnicas que buscan únicamente la transmisión mecánica de contenidos académicos y que en la actualidad se consideran obsoletas. 

Considerando la situación actual en la que nuestro sistema educativo se encuentra inmerso, desde una visión global que exige que el proceso de enseñanza y de aprendizaje vaya más allá del hecho de buscar que los estudiantes escuchen y tomen nota de lo que el docente dicta. Se busca desarrollar en ellos aptitudes, habilidades y capacidades conjugadas con los valores que les den la posibilidad de pensar y reflexionar acerca de lo que están escuchando.

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La educación es un problema que se plantea, lógicamente, en todos los países, incluidos los industrializados. Desde este nivel de la educación los contenidos tienen que fomentar el deseo de aprender, el ansia y la alegría de conocer y, por lo tanto, el afán y las posibilidades de acceder más tarde a la educación durante toda la vida (Delors, 2008, p.19).

 

Partiendo del punto señalado anteriormente es necesario que las instituciones educativas se ubiquen en su realidad, pues se encuentran vinculadas en un mundo cambiante, esto exige que se dejen de realizar o se requiere dejar atrás prácticas como la memorización, dictados y repetición, ya que su único objetivo es la mera  transmisión  del conocimiento sin importar realmente que el alumno aprenda y que utilice los conocimientos, habilidades y valores para resolver los problemas a las que se enfrentan en su contexto. El entorno del estudiante arroja una amplia gama de posibilidades de tópicos de estudio. 

 

Los docentes debemos comprender que el cerebro primero procesa toda la información sensorial, luego la envía a la corteza cerebral a sus diferentes áreas de asociación (en redes neuronales se crean abstractos, ideas, elementos básicos del pensamiento), pasa por el sistema límbico donde adquiere un colorido tinte emocional, para guardarse como procesos mentales y cognitivos que implican aprender y memorizar, la cuestión es como hacer.

 

Una de las herramientas que se utiliza en el Modelo Pedagógico Integral es el del aula invertida, la principal herramienta para utilizar las Tecnologías de la Información y la Comunicación, acordes en nuestros tiempos para proporcionar recursos a los estudiantes fuera del tiempo de clase. Esto es, el profesorado facilita al alumno las herramientas digitales, enviando lecturas, videos, del tema a ver en la sesión presencial, para que realice de forma autónoma las tareas de clase y sea capaz de desarrollar los conocimientos de una forma autónoma.

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De este modo, durante el horario de clase se aprovecha para debatir y reflexionar sobre las diferentes lecciones impartidas, motivando a los estudiantes para que participe, sean gestores de su propio conocimiento y de su opinión al respecto. principios del aprendizaje significativo, el aprendizaje autónomo, el constructivismo, el construccionismo social, las inteligencias múltiples y formación por competencias.

Este saber se relaciona no sólo con las áreas básicas del conocimiento humano, sino que también se asocia al manejo de la transformación del ser, fundamentada en la Neurociencia a través del pensamiento, apoyada en trabajar el sentimiento y acción, sus inteligencias múltiples, estilos de aprendizaje, nuevas tecnologías y competencias que complementan su formación.

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¡La Educación es nuestra pasión!

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